El conflicto es una
situación inherente a cualquier sociedad, y surge porque sus integrantes tienen
intereses y metas diversas que con frecuencia, se oponen a los de los demás. Lo
mismo es válido para los enfrentamientos entre grupos.
También puede surgir por
cambios en actitudes o tradiciones que se contraponen a los existentes. Que sea
inherente implica que los conflictos pueden ser inevitables; sin embargo, la
manera de enfrentarlos puede cambiar, ya que depende de hábitos y actitudes de las
partes involucradas.
Es aquí donde entran las diversas teorías de resolución y
transformaciones de conflictos.
La resolución de conflictos
como su nombre lo indica, busca terminar con ellos. El fin permanente del
conflicto es la meta última de todos los esfuerzos de resolución e incluye no
nada más el alto a la violencia.
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